La Plaza San Martín y la curiosa llama de la Libertad en Lima

Introducción: un rincón vibrante en el corazón de Lima
Si hay un lugar que condensa historia, mitos y vida urbana en Lima, ese es la Plaza San Martín. Ubicada en pleno Centro Histórico, este espacio no solo es un punto de encuentro para limeños y viajeros, también es una de las paradas obligatorias cuando se piensa en qué hacer en Lima. Y en medio de este escenario, brilla —literal y metafóricamente— el gran protagonista: el monumento a Don José de San Martín, libertador del Perú, cuya estatua guarda un detalle que ha dado lugar a una de las leyendas más simpáticas de la ciudad.
Sí, hablamos de la famosa “llama” que descansa sobre la cabeza de la figura alegórica de la Libertad, un detalle que ha generado más de un comentario divertido, miles de fotos curiosas y hasta debates sobre si fue un error, una confusión lingüística o un guiño simbólico del escultor.
Este artículo es una invitación a descubrir la historia oficial de la Plaza San Martín y su monumento central, a desentrañar el mito de la “llama de fuego” convertida en auquénido, y a darte algunos consejos prácticos si eres mochilero y quieres explorar el Centro de Lima con bajo presupuesto, encontrar un hostel en Lima bien ubicado y empaparte de la vida cultural de la capital peruana.
Un poco de historia: la Plaza San Martín
La Plaza San Martín fue inaugurada el 27 de julio de 1921, en el marco de las celebraciones por el centenario de la independencia del Perú. Lima quería un espacio moderno y monumental que estuviera a la altura de la ocasión, y así nació esta plaza que rápidamente se convirtió en símbolo urbano.
El diseño arquitectónico estuvo a cargo del español Manuel Piqueras Cotolí, quien se inspiró en las plazas europeas de principios del siglo XX, con balaustradas, jardines y fuentes que daban un aire elegante al lugar. A su alrededor se levantaron edificios emblemáticos como el Gran Hotel Bolívar, el Teatro Colón y los famosos portales que aún enmarcan la plaza.
En el centro se colocó el monumento a José de San Martín, obra del reconocido escultor español Mariano Benlliure, uno de los artistas más prestigiosos de su tiempo. La estatua muestra al libertador montado a caballo, imponente, con un gesto firme que recuerda su papel crucial en la independencia de Sudamérica.
Hasta aquí, todo parece claro y solemne. Pero como en toda gran historia, aparece un detalle curioso que rompe la solemnidad: la llama.
El mito de la “llama” en la cabeza de la Libertad
Debajo de la figura ecuestre de San Martín, en el pedestal del monumento, aparece una representación femenina: es la alegoría de la Libertad o la Patria, que sostiene en una mano un ramo de palma y en la otra, una antorcha. Hasta ahí, nada extraño.
La sorpresa está en su cabeza: sobre ella se distingue claramente un animalito esculpido que parece una llama andina. La leyenda popular cuenta que al escultor se le pidió coronar a la Libertad con una “llama de fuego”, símbolo clásico de la iluminación y la independencia. El problema es que en español la palabra “llama” puede significar tanto fuego como el camélido típico de los Andes. Y, según la historia, el artista —o su equipo— interpretó la instrucción de manera literal y terminó colocando una llama (animal) en vez de una llama votiva.
¿Error garrafal o genial guiño cultural? Ahí está el debate.
¿Error histórico o mito urbano?
Lo cierto es que no existen documentos oficiales que confirmen que Mariano Benlliure se equivocó en la interpretación. Algunos estudiosos sugieren que no se trató de un error, sino de una decisión consciente: incluir una llama andina en la escultura era un modo de rendir homenaje a la fauna y la identidad peruana. Después de todo, el Escudo Nacional del Perú tiene una vicuña (otro camélido sudamericano) como símbolo de la riqueza animal del país.
Otros sostienen que la anécdota es producto del ingenio popular limeño, que vio en este detalle una oportunidad para contar una historia divertida. Como pasa en muchas ciudades, el mito se volvió casi más importante que la explicación oficial.
Hoy, la “llama de la Libertad” se ha convertido en un atractivo en sí mismo. Los guías turísticos siempre la mencionan, los mochileros la buscan para fotografiarla y los limeños sonríen cada vez que explican el chiste.
Anécdotas y secretos de la Plaza San Martín
Además de la famosa llama, la plaza es escenario de otras historias que fascinan a quienes la visitan:
La inauguración accidentada: en 1921, cuando se iba a descubrir la estatua de San Martín, la lona que la cubría se atascó. Fue un joven limeño, Artidoro Cossio, quien trepó el monumento y liberó la tela en medio de los aplausos de la multitud. Desde entonces se le recuerda como “el héroe de la inauguración”.
El Gran Hotel Bolívar: ubicado frente a la plaza, fue el primer hotel de lujo de Lima y aún conserva su aire señorial. Allí se servía el famoso cóctel Pisco Sour, y se dice que estrellas de Hollywood como Ava Gardner o John Wayne lo disfrutaron durante sus visitas.
Centro de manifestaciones: a lo largo del siglo XX y XXI, la Plaza San Martín ha sido escenario de protestas, celebraciones y concentraciones ciudadanas, consolidándose como uno de los espacios públicos más activos de la capital.
Qué hacer en Lima: explorando el Centro Histórico
Para un viajero joven que llega a Lima, la Plaza San Martín es solo el punto de partida. Muy cerca tienes algunos de los atractivos más importantes de la ciudad:
Plaza Mayor: a diez minutos caminando, con la Catedral de Lima, el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal.
Jirón de la Unión: calle peatonal que conecta ambas plazas, llena de tiendas, cafés y edificios históricos.
Barrio Chino: a unos pasos, ideal para probar la fusión de la gastronomía china y peruana, el famoso chifa.
Museo de Arte de Lima (MALI): ubicado en el Parque de la Exposición, perfecto para una dosis cultural.
Caminar por el centro es barato y lleno de sorpresas. Si viajas con presupuesto limitado, encontrarás muchas actividades gratuitas o de bajo costo, como los tours a pie que suelen salir desde la Plaza San Martín.
Consejos prácticos para mochileros en Lima
Alojamiento: lo más recomendable es quedarse en un hostel en Lima bien ubicado. En Miraflores, uno de los barrios más seguros y turísticos, está Pariwana Hostel Lima, famoso por su ambiente social, actividades diarias y precios accesibles para mochileros. Si planeas ir a Cusco después, también tienen sede allá.
Seguridad: aunque el centro de Lima es muy visitado, cuida tus pertenencias. Lleva solo lo necesario, usa una mochila pequeña y evita distracciones innecesarias.
Transporte: desde Miraflores puedes llegar al centro en bus (Metropolitano) por menos de un dólar. El viaje dura unos 20 minutos y es una experiencia auténtica.
Comida barata: busca los menús económicos en las calles aledañas, donde por pocos soles puedes comer como local. Otra opción son los mercados, donde probarás platos típicos como el ají de gallina o el lomo saltado a precios muy bajos.
Vida nocturna: si te quedas en la Plaza San Martín al anochecer, podrás ver cómo se iluminan sus edificios históricos. Luego puedes moverte a Barranco o Miraflores, donde están los bares y discotecas más populares entre mochileros.
La “llama” como metáfora del viaje
Más allá de la anécdota, la “llama” en la cabeza de la Libertad puede leerse como una metáfora para el viajero. Lima, y el Perú en general, son lugares donde la historia oficial convive con el mito popular, donde lo solemne se mezcla con lo pintoresco. Así como la estatua tiene ese detalle inesperado, tu viaje también se llenará de hallazgos que no estaban en la guía, de historias contadas por la gente común, de sorpresas que solo entiendes si caminas sin prisa.
Conclusión
La Plaza San Martín de Lima no es solo un punto de paso en el centro, sino un lugar donde la historia nacional, la arquitectura europea y el ingenio popular limeño se encuentran. La famosa “llama” en la cabeza de la Libertad seguirá alimentando conversaciones y sonrisas, y quizá nunca sepamos si fue error o decisión consciente. Lo cierto es que ya forma parte del patrimonio simbólico de la ciudad.
Así que si te preguntas qué hacer en Lima, incluye una visita a la Plaza San Martín. Y cuando llegues, no olvides buscar la llama. Haz la foto, comparte la anécdota, ríe con el mito… y luego sigue explorando. Porque Lima, como la llama de la Libertad, siempre guarda algo inesperado para mostrarte.